Dos singulares pistoleros asaltaron un molino"Todos quietos, esto es un asalto", dijo un pistolero pequeñito en el momento de hacer un aparatoso ingreso en los locales del Molino Aída ubicado en la calle Juan María Gutiérrez 3470. Para subrayar sus palabras apuntó a todos los presentes con una escopeta de doble cañón recortado. En ese mágico instante hizo su aparición en escena un segundo pistolero de circense apariencia que, por su multicolor vestimenta, descolocó al personal asaltado. Este segundo rapiñero vestía camisa verde, pantalones amarillos y gorra a cuadros.
"Todos quietos, esto es un asalto", repitió el multicolor pistolero.
"No seas redundante, Toto, y por favor sacá tu pistola", dijo el primero. "Ajá", exclamó el "Toto" y extrayendo la pistola de entre sus ropas apuntó a los funcionarios del molino.
Inmediatamente los dos sujetos se dedicaron a amenazar profusamente al gerente del establecimiento. A punta de pistola, y de escopeta, lo condujeron hasta la caja de donde se llevaron 600.000 nuevos pesos. Posteriormente llevaron a todos los empleados hacia el interior de un baño en el que los dejaron encerrados para después huir en un automóvil Ford Escort. El hecho viene siendo investigado por personal de la Seccional 7ma.
("La República", viernes 14 de octubre de 1988. Pág. 12, sección "La Violencia")